La tragedia de morir solo: El caso de Martín Ramos Paz...
Dice un popular refrán: “Nadie sabe lo que hay en la olla, excepto quien la menea”… Cada ser humano es un universo aparte, con sus propios problemas, sus propios “issues” y, por qué no, sus propios demonios internos.
Y nos preguntamos por qué pasan las cosas. ¿Por qué Robin Williams, que por muchos años nos hizo reír a todos, se quitó la vida? Para nosotros era inconcebible que un hombre que repartió alegría y risas, estuviera pasando por una depresión que terminó con su vida. ¿Qué pasó por su mente? Probablemente nunca lo sabremos.
Pero el caso que nos ocupa en esta ocasión es el del “mentalista” Martín Ramos Paz, cuyo cadáver fue positivamente identificado por el Instituto de Ciencias Forenses en Río Piedras apenas esta semana.
Antes que todo, quiero dejar claro que no conocía personalmente a Ramos Paz y ni siquiera era contacto mío en las redes sociales.
El problema aquí es que Ramos Paz no murió esta semana. Con mi escrito les comparto copia del informe policíaco sobre el “hallazgo del cuerpo de un hombre en estado de descomposición” que data del 31 DE JULIO. Ya iba para un mes y tal parece que NADIE; familiares, amigos o conocidos repararon en la ausencia del hombre.
Sus parientes cercanos llegaron ayer, 28 de agosto, a Ciencias Forenses a reclamar el cadáver. Luego de que todo se había hecho público. Pero antes, en mi archivo de correos electrónicos que diariamente hace llegar la Policía, no había una querella de “persona desaparecida” dando cuenta de su, hasta ese momento, inexplicada ausencia.
Conste que me estoy refiriendo a HECHOS.
Examinando el perfil de Facebook de Ramos Paz, solo dos personas, una con el nombre de Ana y otro con el nombre de Pablito, le escribieron entre el 15 de abril y el 20 de agosto, antes de que se confirmara su deceso. Una vez las autoridades verificaron el 27 de agosto que el cadáver del hombre hallado el 31 de julio en el número 1070 de la avenida Fernández Juncos en Santurce, era el de Ramos Paz, comenzaron a leerse mensajes de condolencias.
Este escrito no pretende juzgar quién estuvo y quién no; quién se ocupó y quién no; quién compartió con Ramos Paz un plato de comida y quién no…
Sin embargo, la realidad era que Ramos Paz pernoctaba en un local vacío en Santurce, en condiciones infrahumanas.
Se comentaba en un programa televisivo que el “mentalista” Ramos Paz había caído en una depresión luego de la muerte de su señora madre. También reprodujeron una entrevista en la que él admitió haber recaído en el vicio de la cocaína. A todas luces, tenía problemas y en esas declaraciones, entre líneas, pedía ayuda, sin pedirla abiertamente. Era más que obvio.
No me consta si Ramos Paz se aisló por decisión propia de su familia y amistades, o si por el contrario, “le dieron de codo”. Eso sería especular en este momento, y la respuesta a eso la tendría una sola persona, que ya no está para darla.
Lo que si me preocupa es el tiempo que transcurrió sin que nadie notara su ausencia.
Cierro mi escrito con una reflexión que hice y que compartí con mis contactos en mi cuenta personal de Facebook:
Señor, protégenos siempre… Que el día que nos toque despedirnos de este mundo, esté cerca de nosotros la gente que nos ama y que amamos, para poder cerrar los ojos en paz…
Porque triste es morir solo, sin que nadie eleve una plegaria por nuestro descanso y celebre nuestra vida…
Porque triste es morir sin que nadie reclame tu cuerpo, para darle un entierro digno…
Porque triste es morir y que solo encuentren nuestros despojos…
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